
Barcelona, 1970.
Mi obra surge de la necesidad emocional alimentada por un interés artístico. Obra muy mediterránea de pincelada clara y trazo enérgico, muy visceral, la obra tiene que ser igual al artista que la crea y poder interactuar sobre ella. Mi obra representa muy bien quién soy y como soy.
Me inspira mucho el mar, el agua salada, siempre ha sido un punto de partida, es infinito, su profundidad e inmensidad, aparece mucho esta temática en mi obra.
Siempre busco la dimensión poética en las formas orgánicas para dar percepción de desplazamiento y ritmo, trazos para expresar emociones, mi obra es dinámica, de movimiento tenaz, la pincelada no se cierra en sí misma, es una obra con una carga emocional y pasional; es desprenderte y renunciar a un fragmento de tu esencia para ganar uno de nuevo y dejar la semilla, pinto con el alma.
Quiero llevar la luz de mi pintura a la realidad actual para poder trastornar conciencias.
